¿Qué puede salir mal? debieron pensar los ingenieros de desarrollo de Microsoft y Sony al decidir crear una función para grabar y compartir las partidas de los más videojugones, y a la vez añadir una vista del jugador tomada con la cámara de la consola. Este tipo de autograbaciones conocidas como GamePlays son muy populares, y tanto la Xbox One como la PlayStation 4 han integrado una forma sencilla de realizarlas como novedad.
La idea parece divertida y es muy fácil de llevar a cabo. La función asociada a la herramienta Twitch permite grabar en un archivo de vídeo de unos cinco minutos capturando la pantalla del juego y añadirle comentarios de voz e incluso un vídeo PiP del propio jugador aporreando el mando sincronizado con las acciones del videojuego.
Posteriormente este vídeo se puede subir a los servidores del sistema para compartir las mejores jugadas con la comunidad. Aunque pueda parecer una tontería, existe una enorme comunidad de usuarios -contados por millones- adictos a estos GamePlays y es por ello que esta es una de las funciones más novedosas de las nuevas consolas. Hasta aquí todo bajo control ¿no?
Pues no. Con lo que no contaban en Xbox ni en PlayStation es con el factor humano que convirtió Chatroulette en un video chat de exibicionistas. Ahora es tan fácil grabar y compartir estos vídeos que los servidores de Twitch empezaron a recibir vídeos de temática sexual que nada tenían que ver con logros obtenidos en videojuegos.
Los primeros en sufrir fueron los usuarios de la ‘Playroom’ de la PS4 en EE.UU. El tema ha llegado hasta tal punto que han tenido que desactivar el servicio y banear a algunos usuarios demasiado explicitos. Al resto les han rogado que se limiten a subir vídeos de acuerdo con los términos de servicio, es decir, sólo de videojuegos, dejando de lado cualquier cualquier otro tipo de grabación de juegos, incluidos los de mesa y los sexuales.
Y donde unos ven un problema, otros ven una oportunidad. La empresa Pornhub ha declarado a la edicion digital internacional de Times que está trabajando en un servicio de vídeo porno para videoconsolas. Al menos quien se meta ahí, sabrá lo que va a encontrar.
En resumen, cualquier cosa que se pueda crear, habrá quien le encuentre una utilidad sexual.
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